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Hablar de Rafael Montejano y Aguiñaga es hablar de historia, literatura y cultura. Es hablar de la importancia que tiene la conservación y salvaguarda documental, de la dedicación y pasión con la que se puede y debe ejercer una profesión y un oficio por el cual se vive intensamente día con día.
Hablar, desde la tribuna universitaria, de este personaje potosino, es reconocer una labor de medio siglo en beneficio del acervo documental institucional, de la lucha que como universitario emprendió por lograr que el patrimonio bibliográfico de los potosinos pudiera protegerse y conservase para sostén de la memoria colectiva de nuestra sociedad, hablar del universitario Montejano es promover la protección del patrimonio como el mayor legado y herencia de su trabajo.
Hombre de fuertes convicciones, poseedor de un particular punto de vista sobre la historia y su escritura, defensor de una metodología de trabajo forjada a lo largo de más de siete décadas gracias a su actitud permanente de estudio, desde su ingreso al Colegio José María Morelos para hacer sus estudios de educación básica, su paso por el Seminario Conciliar Josefino de San Luis Potosí, por la Universidad Gregoriana en Roma, así como su ingreso y permanencia como bibliotecario a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Montejano y Aguiñaga forjó un legado cultural que ha hecho que su nombre se encuentre indisolublemente ligado a la historia potosina.
El 17 de marzo del 2017 fue un día especialmente significativo para nuestra casa de estudios, pues la Sra. Guadalupe Montejano y Aguiñaga cedió los derechos de la obra de su hermano, con la finalidad de que esta universidad preserve y difunda el legado del bibliotecario e historiador, quien por su vasta obra y calidad literaria fue miembro de número de la Academia Mexicana de la His- toria y de la Academia Mexicana de la Lengua Española, con trabajos que son consultados y citados como referencia a nivel nacional e internacional.
Para conocer la historia de San Luis Potosí es ineludible leer y estudiar a Mon- tejano, quién escribió, tanto obras de carácter general sobre nuestro Estado, como estudios de historia regional, que permiten adentrarnos al detalle de la patria chica, como solía llamar a éste su lugar de origen.
Rafael Montejano y Aguiñaga puede ser definido como un hombre con un gran sentido de perseverancia, comprometido con su trabajo. Durante toda su vida, estudió de manera metódica y rigurosa la historia y la geografía de su estado natal.
Montejano, como potosino, pero también como universitario, bibliotecario e historiador defendió el sentido de preservación del patrimonio cultural e histórico, y ese es uno de sus más grandes legados. Dejó en su obra un sello original e impredecible con su forma peculiar escribir. Ahora, el legado bibliográfico de este gran historiador, es nuevamente accesible al público lector, gracias a esta colección.
A nombre de la comunidad universitaria agradezco a la familia Montejano, es- pecialmente a la Sra. Guadalupe Montejano y Aguiñaga, la confianza depositada en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí al permitir que el legado bibliográfico de uno de los más grandes historiadores de nuestro estado pueda darse a conocer a las nuevas generaciones a través de de una nueva edición de sus obras.
Finalemente, como una invitación a la lectura de su obra, quiero dejar testimonio de las palabras del autor citando un fragmento de su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Historia:
“Vengo [...], desde un recoleto rincón de la patria (San Luis Potosí) donde, a lo largo de varios lustros, como apasionado y terco gambusino de la historia regional, he removido con amoroso afán los secos y desperdigados cauces de la región en busca de la verdad local pretérita.”
Queda en sus manos una obra excepcional que sin duda nos permite continuar con la ardua labor de difusión y aproximación del conocimiento de nuestro pasado, iniciada por el autor en la segunda mitad del siglo XX. |
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