Resumen:
La descompensación de la insuficiencia cardiaca es una urgencia frecuente con la que
se enfrenta el personal de urgencias. El diagnóstico se puede establecer mediante el uso
de la anamnesis, exploración física y diferentes herramientas diagnósticas.
Recientemente se ha introducido a la práctica clínica el uso de la insonación pulmonar
para realizar el diagnóstico, con mayor sensibilidad que la radiografía de tórax y la
medición del BNP (péptido natriurético cerebral) juntos. El adecuado manejo del paciente
con descompensación permite reducir la sintomatología congestiva y prevenir su
desenlace en insuficiencia respiratoria. En este estudio se plantea realizar un
seguimiento de la descongestión durante el tratamiento en la sala de urgencias mediante
cuantificación de líneas B y datos clínicos.
OBJETIVO: Evaluar si existe correlación entre los datos clínicos de IC descompensada
con la cantidad de líneas B insonadas al ingreso y durante la evolución.
MATERIAL Y MÉTODOS: Se realiza un estudio prospectivo observacional y analítico
que incluye 11 pacientes que ingresaron al área de urgencias del HGZ 50 manejados
con furosemida, evaluando la correlación de los signos y síntomas (disnea, ortopnea,
plétora yugular, edema, anasarca, estertores) y los signos vitales con la cantidad de
líneas B cuantificadas al ingreso, a las 2 horas y a las 6 u 8 horas del tratamiento.
RESULTADOS: Se evaluó mediante ANOVA la asociación entre las variables clínicas y
el número de líneas B en los 3 momentos establecidos, encontrando una relación directa
entre la tensión arterial sistólica y la cantidad de líneas B, sin diferencia significativa entre
las demás variables. Se calculó mediante Wilcoxon la suma de los síntomas la asociación
con líneas B, encontrando que hay una asociación de la cantidad de síntomas y la
cantidad de líneas B sin diferencia significativa durante las 3 valoraciones.
CONCLUSIONES: Se encontró asociación de la presencia de signos y síntomas de
insuficiencia cardíaca descompensada con las líneas B, sin diferencia significativa entre
las valoraciones realizadas al inicio, a las 2 y a las 6 u 8 horas. Por lo tanto, no hay evidencia estadística que justifique que exista alguna utilidad en realizar valoraciones por
ultrasonido repetidas